Creo que no me equivoco al afirmar que en todas las familias tenemos un, primo, tía, sobrino, hermano, que vive a la fecha en estados unidos y que son como diría German Vargas Lleras: “chimbos». ¿Por qué chimbos?. Permítaseme explicar, y aclarar que hay algunos de estos familiares en el exterior que no califican como “chimbos”, pues han hecho su vida junto a sus familias o solos sin meterse con nadie ni creerse algo que no son. Desafortunadamente son mayoria, los latinos que emigran principalmente hacia Estados Unidos y una vez allí, comiendo mierda para poder sobrebibir, se sienten mas gringos que McDonal’s y critican y juzgan lo que pasa en sus países de origen. (Como si ser nacido en ese país diera algún tipo de superioridad social).
Inicio con ejemplos de primera mano: el tio de un amigo que junto a su esposa y a su hija “veinteañera” se fueron a vivir a Fort Lauderdale en Florida hace siete años aproximadamente (aún no tienen la anhelada «Green Card«). El, acá vivía cómodamente, no le sobraba pero entiendo tampoco le faltaba y, siendo retirado del ejercito trabajaba en temas de seguridad. A la fecha trabaja en domicilios nocturnos en estados unidos y la esposa en un call center (la hija busca ser “Instagramer”). El ritmo de trabajo es brutal, cualquier inmigrante lo puede confirmar. La pregunta entonces es ¿Por qué se fueron a vivir al exterior? Y respondo; puro y físico arribismo “tonto”. Porque si, viven en un país del primer mundo, pero comiendo la mierda que en Colombia no comían. La frase clave de esta publicación es “Es mejor ser cabeza de ratón que cola de león”. Y esta familia cae en el error que caen todos los “gringos chimbos”, que es opinar, juzgar, sugerir cosas que se deberían hacer en Colombia, desde la tribuna y, nuevamente, comiendo mierda para poder comprarse un iPhone.
Otro caso es una «dama», que vive igualmente en Fort Laderdale y que, en un viaje de descanso que hicimos a Miami, nos invitó recién llegados a un restaurante paisa, pero nosotros pagamos, hágame el HP favor, venimos de Colombia a Miami a comer “bandeja paisa”, ella y su esposo lo que querían era obviamente ellos comer comida colombiana, pero que nosotros pagáramos. Estos mismos personajes (ya son resistentes) se nos pegaron cuando fuimos a un casino (Seminole) a cenar, y jamás amenazaron con pagar ni siquiera su propio plato, sí vivimos en Colombia, y usamos taparrabos, ¿porque ustedes no nos dan una probada del primer mundo, y nos respaldan económicamente que vivimos como pobres tercermundistas? Al final, estos personajes le sugieren a todo visitante latino como deberían ser las cosas en Colombia, si, tienen autoridad para hablar de que hacer, como hacer y donde hacer.
El ultimo caso es otro «caballero» que vive en Miami con su esposa y pequeño hijo (también aún sin la Green Card), y con frecuencia critica desde sus redes sociales a Colombia y nuevamente, indica desde la tribuna que debe y que no debe acerce acá. Y como todos, se les siente unas ínfulas de superioridad que no logro entender, pues allá hacen trabajos y mantienen una intensidad en el trabajo que jamás harían en Colombia, pero bueno, los sanitarios gringos y la propia mierda gringa es mas sabrosa que la Colombiana.
Estos mismos personajes son los que votan (y los que no pueden hacen proselitismo) por Donald Trump, que detesta a los latinos, pero ellos ya no son latinos… son “gringos chimbos”.
Todos y cada uno de estos ejemplos tienen algo en común vergonzante y comportamental, son uribistas que creen en el capitalismo salvaje y que, son un cero a la izquierda en la sociedad gringa. La idea principal acá es que desafortunadamente, para el grueso de los inmigrantes latinos, Estados Unidos no solo representa una mejora económica, si no, un asenso social. El solo echo de vivir en ese país (no importa haciendo que, ni como y mucho menos si se tiene la residencia) da una autoridad para indicar que se debe hacer y como en su país de origen. Excelente por los que se van, que sean muy felices, pero los que están “poniendo el pecho” por mejorar su país no son ellos, todos son directores técnicos viendo el partido desde la comodidad de su sofá.