En el año 2013, con un año de edad de nuestra hija mayor, decidimos en conjunto con mi esposa, adquirir el servicio de medicina domiciliaria. Ya sabe, “cualquier cosa puede pasar, uno nunca sabe”, “es mejor pecar por exceso que por omisión”. Pues ante cualquier cosa nuestra pequeña estaría “blindada”. Desafortunadamente desconocíamos que, al tener medicina complementaria con Compensar, viene incluido EMI, que es medicina domiciliaria.
Contratamos con EmerMedica (redundo; teniendo EMI disponible, lo cual desconocíamos). Al poco tiempo nuestra hija empezó a tener fiebre que no podíamos controlar. ¡Llamemos a EmerMedica!, concluimos. Asi lo hicimos y en poco tiempo llego a nuestro apartamento un doctor de EmerMedica. Reviso el pulso, la temperatura el abdomen he hizo algunas preguntas. ¡Esto es viral!, suministrémosle acetaminofén, no se pueden administrar antibióticos, concluyo.
Seguimos instrucciones, pero al segundo día no bajaba la fiebre, por lo cual llamamos nuevamente a EmerMedica, se repitió el escenario con el mismo manejo y diagnóstico. Le dije ingenuamente a mi esposa; “Confiemos, es un Doctor, el sabe lo que hace”. Siguiente dia (segundo doctor), y nuestra pequeña seguía con fiebre. El acetaminofén enmascaraba la fiebre, pues por poco tiempo la controlaba, pero volvía poco después.
Tercer doctor de EmerMedica que llegaba y por mas que le expusimos lo transcurrido, la conclusión persistía; es viral, paciencia y acetaminofen. Al cuarto día preferimos coger camino con nuestra pequeña y la llevamos a La Clínica De La Mujer, dejé a mi esposa con la niña a la entrada y fui a parquear. Cuando regrese mi esposa entre lagrimas me dijo “la niña se queda hospitalizada, tiene una infección urinaria, y por el tiempo transcurrido se había afectado un riñón y había desarrollado pielonefritis”.
Mi pequeña estuvo diez días hospitalizada junto a mi esposa obviamente como acompañante. Realmente desde un comienzo se trato de una infección urinaria, que, ninguno de los tres doctores de EmerMedica identificó (de acuerdo, no tienen los medios fisicos para identificar puntualmente eso, pero si para remitir a una clínica al no controlar la fiebre) y que, por el pésimo sistema de EmerMedica no hubo un historial, que hubiese mostrado la persistencia en el tiempo de la fiebre. De cualquier forma, pésimos doctores, pues verbalmente les indicamos lo transcurrido, y ninguno indicó algo diferente a «es un virus, que tome acetaminofen»
A la fecha afortunadamente mi hija a superado el problema, pero hasta junio de este año siguen los controles con nefrología (cada seis meses a la fecha, pero recién el incidente eran cada tres). La culpa persiste, ¿Por qué no nos fuimos de una para la clínica?, ¿Por qué le creímos a esos HDP de EmerMedica? ¿Dónde estaba el seguimiento de los doctores de EmerMedica? Es decir, el tercer doctor no tenia ni idea de lo que había pasado con los dos anteriores.
En resumen, desaconsejo a EmerMedica, por poco le cuesta un riñón, literalmente, a mi hija. Y mas tonto me siento porque tuve a EMI, y no lo supe. Hoy día llamo y recibo la asistencia de EMI sin queja alguna (de cualquier forma, le recomiendo no confiarse de nadie).
Recién acaban de llamar a mi esposa a ofrecerle EmerMedica, “que en convenio con las EPS están ofreciendo sus servicios para su hija menor de tres años», me conto y me transporte en el tiempo, por eso esta publicación fluyo con naturalidad.